Washington, 14 ago (Prensa Latina) Un hombre impactó hoy su vehículo contra una barricada cerca del Congreso de Estados Unidos, comenzó a disparar y se quitó la vida, pero se desconoce el móvil, informó la Policía del Capitolio.

En un comunicado divulgado en su página oficial, la institución señaló que “las fuerzas del orden investigan un accidente de un carro, disparos y un suicidio en la calle Capitolio Este”.

De acuerdo con el texto, actualizado a las 2:45 p.m, hora local, los familiares de Richard A. York III, de 29 años, de Delaware –como identificaron al autor – ya fueron notificados “en relación con el incidente de esta mañana”.

“Todavía no está claro por qué (York III) decidió conducir hasta el Complejo del Capitolio”, subrayó el comunicado.

Según la Policía, el vehículo se incendió y nadie resultó herido durante el hecho, ocurrido al amanecer de este domingo.

La Policía Metropolitana de Washington, D.C., abrió una investigación para descartar cualquier intención relacionada con el atentado a algún miembro del parlamento o a la sede.

El ataque recordó un caso similar en abril de 2021, cuando un hombre embistió con un vehículo a dos agentes de la Policía del Capitolio en un puesto de control, matando a uno de ellos.

Ahora este hecho tuvo lugar en un momento en el que las autoridades policiales de todo el país se enfrentan a un número creciente de amenazas.

Funcionarios federales advirtieron sobre la posibilidad de que sucedan ataques violentos contra edificios gubernamentales en los días posteriores al registro el lunes último por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) en la residencia del expresidente Donald Trump en Mar-a-Lago, Florida.

Tres días después, el jueves, fue abatido por la policía Ricky W. Shiffer, quien disparó en la oficina del FBI en Cincinnati, Ohio, con un rifle estilo AR-15.

No hay pruebas de lo que impulsó al atacante, pero las publicaciones de Shiffer en las redes sociales revelaron que estaba lleno de rabia, entre otras cosas, por el allanamiento en Mar-a-Lago, y quería vengarse.

Tras el asalto al edificio del Congreso el 6 de enero del pasado año por centenares de simpatizantes del entonces mandatario republicano aumentó la seguridad en el Capitolio, donde todavía muchos siguen en vilo, después de aquella jornada de violencia extrema que dejó cinco muertos y más de 140 policías heridos.